Prólogo a cargo de la escritora Mile Bluett.
Es un sueño de hombre. Eso se cree él. Eso le hacen pensar las mujeres pero…
York está catalogado como un duque imposible de cazar. Además de su título de alto rango, es apuesto y rico. En su juventud sufrió un golpe en su orgullo varonil que lo llevó definitivamente a dejarse seducir por el libertinaje y la lujuria. Dos vicios, o uno según se mire, a los que estaba destinado a sucumbir por su físico y su posición social.
A sus veintiocho años, Malcom W. Banstorn considera que es momento de encontrar una esposa que le asegure un heredero. La apariencia de la mujer le es indiferente, sin embargo admite que la desea hermosa para que concebir no suponga un verdadero sacrificio. Aunque también es verdad que solo necesitaría que proviniese de una familia prolífica, porque planea dejarla en el campo y seguir con sus diversiones.
Por suerte, está en Londres y el mercado matrimonial ofrece un amplio abanico de damas con buen pedigrí. Jóvenes dulces, bonitas, intactas, a las que él podría aleccionar y disfrutar en el intento de concebir.
Lady Evangeline ha llamado poderosamente su atención, pues es un dechado de virtudes, en especial por su docilidad. El problema es que su guardiana, una viuda amargada cuyo nombre no le interesa y no desea conocer, le está poniendo las cosas difíciles. No importan los impedimentos. El duque vislumbra un futuro plácido con esa bonita rosa inglesa y está dispuesto a lograr su cometido, más, porque en toda su vida nadie le ha negado nada que él haya deseado con fervor.
¿Se contentará York con una esposa que le dé hijos, o terminará por aspirar a un matrimonio por amor?
Arranca la primera entrega de una serie de libros independientes donde los disolutos van a tener que decidir si entregan su corazón o lo guardan bajo llave.