Cuando entrenamos o preparamos a nuestros jugadores tenemos que diseñar nuestras sesiones de entrenamiento. Hoy en día se hacen multitud de tareas intentando “perturbar” la decisión para condicionar al jugador en su toma de decisión: cambiándole el color en el último momento que le indica dónde tiene que golpear, decir un número y tiene que desplazarse hacia un lugar antes de golpear… Y yo me pregunto por qué en un “juego” como el bádminton, en el que se toman tantas decisiones, que queremos que el jugador domine y sepa interpretar en cada momento, los estímulos que utilizamos para que el jugador ejecute no tienen nada que ver con el juego.
Al aplicar los estudios de la neurociencia al Bádminton no buscamos que los jugadores sean mas rápidos, que lo serán en las decisiones que tomen y en el tiempo que tarden en tomarlas, lo que buscamos es que el proceso o mecanismo de decisión que desarrollen les haga capaces de decidir bien en tiempo y forma con respecto a la situación que tengan que resolver y el rival al que se enfrentan en base a su percepción, conocimiento y experiencia.
Consiste en aplicar las teorías del aprendizaje y de como aprende el jugador a la práctica del entrenamiento para su mejora y su evolución.