Helene está a punto de despertar a sus hijos para que vayan al colegio cuando un grupo de policías irrumpe en su casa. Los policías quieren llevarse a su esposo y a sus cinco hijos gitanos. Según la orden del 16 de diciembre de 1942 firmada por el líder de las SS Heinrich Himmler todos los gitanos pertenecientes a los territorios conquistados por los nazis deben ser encerrados en campos de concentración
La policía le dice a Helene que ella como alemana no tiene que acompañarles, pero decide compartir el destino de su familia. Tras convencer a sus hijos que van a un lugar de vacaciones, para que estén tranquilos, toda la familia es deportada a Auschwitz.