Primera novela de Nieves Concostrina
El día de Reyes de 1930 nació Antonia en la castiza calle del Águila de Madrid. La Juana tenía casi cuarenta años cuando trajo al mundo a su primera y única hija, una criatura tan rolliza como las coliflores que despachaba en el mercado de Santa Isabel.
Así llegó al mundo la protagonista de esta novela, la primera que ha escrito Nieves Concostrina y en la que ―con su habitual humor y su ingenio para recrear situaciones reales que en la mayoría de los casos superan cualquier ficción― hace un justo homenaje a la generación que sobrevivió a la guerra y la posguerra entre la picaresca, la miseria y los trapicheos. Antonia es una más de los cientos de miles de españoles que no conocieron el bienestar hasta los años sesenta; héroes y heroínas anónimos que se dejaron la piel para que sus hijos no sufrieran su misma historia.
Esta es la vida de una mujer que pasó de tener la calle como única escuela a jugar en Bolsa a los setenta años.